"A todos los que, durante cinco meses en el primer sábado, se confiesen, reciban la sagrada comunión, recen el Rosario, me hagan quince minutos de compañía, meditando en los quince misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme, les prometo asistir en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para su salvación".
10-12-1925
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