María de Nazaret madre de nuestro Señor, te necesitamos Madre buena, vivimos tiempos difíciles, atravesamos bajones, tenemos caídas, nos agarra la flojera.
Tú también pasaste tiempos de incertidumbre, de no entender las cosas que sucedían, de sufrimiento y soledad.
Tú saliste adelante, con buen ánimo y entrega. Nos enseñaste con tu ejemplo que para dar vida hay que entregar la vida todos los días, en las buenas y en las malas.
María, ¡cómo cuesta decirle sí al Señor! ¡Cómo cuesta decir sí más allá de las palabras, decir sí con los hechos, con actitudes, con gestos! ¡Con la vida!
Enséñanos a esperar en el señor, a confiar en su palabra, a dejarnos guiar por su Espíritu, a llenarnos de su buen humor y alegría.
Enséñanos a escuchar su voz en la realidad de todos los días, en el sufrimiento de tantos.
Enséñanos a orar para no perder la esperanza, para no desalentarnos en las dificultades y contratiempos.
Nos confiamos en tus manos para que nos hagas fuertes en la fe, comprometidos en la solidaridad y firmes, muy firmes, en la Esperanza del Reino. Amén.
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