Todo esfuerzo es inútil sin la ayuda
del Padre omnipotente,
que escucha complacido tu oración.
Confía en Él; preséntale tu duda,
pídele humildemente
que inunde con su luz tu corazón.
Él conoce tus penas, Él bien sabe
lo que tú necesitas
cuando ruge el ciclón, la tempestad.
Ofrécele el gobierno de tu nave,
preséntale tus cuitas,
hágase, di, su santa voluntad.
Invócale con fe y perseverancia,
pídele con dulzura
que alivie tu tristeza y tu dolor.
Él te dará su luz en abundancia
y por añadidura
la inefable caricia de su amor.
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