Padre nuestro celestial: San Antonio María Zaccaría comenzó como médico y luego se dio cuenta de que quería sanar almas tanto como cuerpos, por eso se hizo sacerdote. Dedicó su vida a renovar el estilo de vida de los cristianos de su parroquia, reformando su moral, animándolos a trabajar juntos en el ministerio y promoviendo una frecuente recepción de la Santa Comunión. Ayúdanos a darnos cuenta de la importancia de sanar nuestras almas e inspíranos para apreciar más el poder transformador de la Eucaristía, a través de la cual nos convertimos en Jesús para los demás. Amén.
San Antonio María Zaccaría, ruega por nosotros.
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