Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 41-51
Estamos justo en la mitad del verano y hoy de alguna manera se nos propone hacer balance de lo que ha sido el curso pasado y de lo que será el próximo.
1- La primera lectura nos ha hablado del desánimo de Elías, el mensajero de Dios, ante la dureza del camino que el Señor le proponía…
A nosotros nos pasa o nos ha podido pasar este curso como a Él, podemos tener la sensación de estar agotados por la tristeza, la desesperación, el desánimo…
Elías confió en Dios y encontró la fuerza en aquel alimento que el Señor le dio.
Hoy mucha gente busca su alimento para el camino en muchos sitios: El yoga, la meditación, el turismo, paseos por la playa, la música…
Nosotros tenemos una buena «lista de alimentos espirituales»: los sacramentos, la oración, la formación cristiana (¿con qué fuerzas hemos caminado, o dónde la hemos buscado este curso?)
2- Y ante lo que nos dice Jesús, también nos preguntamos hoy: ¿Con qué fuerza hemos caminado, o dónde la hemos buscado? Me refiero al «deporte nacional» que unos dicen que es el fútbol y otros los toros… y no es así… es la CRíTICA.
Se nos pasa por encima eso que practicamos tanto: la difamación, la calumnia, el desprestigio, el sentirnos molestos porque el otro no haga las cosas como yo creo que las tiene que hacer.
Y Pablo ante esto y ante el próximo curso nos dice: desterrad de vosotros la amargura, abandonad la ira, los enfados, dejad atrás lo que es malo. Pidamos hoy el Alimento que nos hace fuertes, comprensivos, buenos, imitadores de Dios ahora y siempre.
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