Señor,
Dios nuestro, que has enriquecido a san José de Calasanz con la caridad y la
paciencia, para que pudiera entregarse sin descanso a la formación humana y
cristiana de los niños, te rogamos nos concedas imitar en su servicio a la
verdad al que veneramos hoy como maestro de sabiduría.
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