Señor Dios nuestro, recordando a tu hija, santa Dulce de los Pobres, cuyo corazón ardía de amor por Ti y por los hermanos, particularmente los pobres y excluidos, te pedimos que nos des el mismo amor por los necesitados, renovar nuestra fe y nuestra esperanza y concédenos, siguiendo el ejemplo de tu hija, vivir como hermanos, buscando diariamente la santidad, para ser auténticos discípulos misioneros de tu hijo Jesús. Amén.
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