Dios misericordioso, que llamaste a san Jacinto a una incansable predicación de tu Palabra para renovar y reafirmar en la fe a los pueblos de diversas naciones, te rogamos que, por su intercesión, aumente en nosotros la fe y recibamos fuerzas para promoverla para gloria tuya y salvación de los hombres. Por Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario