Se elevó majestuosa desde el suelo
envuelta en el cendal de la alborada,
por ángeles y arcángeles llevada,
flotando en el azul su airoso velo.
Alcanzando el Empíreo su vuelo,
entra triunfante en la eternal morada
y al punto es bendecida y coronada
como Señora y prez del alto cielo.
Es la Madre de Dios, Virgen María.
En el Cielo, con grande regocijo,
repiten sin cesar su santo nombre.
¡Oh gloriosa Asunción! En este día
ella recibe el beso de su Hijo
y el abrazo del Dios, que se hizo hombre.
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