viernes, 21 de agosto de 2020

LA CIGARRA Y LA HORMIGA (Fábula)


VERSIÓN DE ESOPO:
En el invierno una hormiga sacaba a airear de su hormiguero el grano que había amontonado durante el verano. Una cigarra hambrienta le suplicaba que le diese algo de comida para seguir viviendo.”¿Qué hacías tú el verano pasado?”, preguntó la hormiga. -“No estuve haraganeando -dijo la cigarra-, sino ocupada todo el tiempo en cantar”. La hormiga sonrió, guardó el grano y dijo:-“Pues baila en invierno ya que en verano estuviste ocupada cantando”.

VERSIÓN DE JEAN DE LA FONTAINE:
Todo el verano cantó
la Cigarra, pobre artista.
Y estaba muy desprovista
cuando el invierno llegó.
Sin la mas leve porción
de mosca ni de lombriz,
a llamar fue la infeliz
de la Hormiga a la mansión.
─ Ruego a usted, dijo a la Hormiga,
me preste un poco de grano
hasta que llegue el verano,
cara vecina y amiga,
Antes de agosto, sin duda,
pagaré, a fe de animal,
réditos y capital,
venga, señora, en mi ayuda.
La Hormiga, dura y mezquina
(es su defecto mayor),
─ ¿Qué hizo durante el verano?
dijo a la triste vecina.
─ ¿Qué hice, señora?, cantar,
respondió la interpelada.
─ ¿Cantó entonces la afligida?
Pues bien, ahora, ¡bailad!

OTRA VERSIÓN DE LA FONTAINE:
Cantó la cigarra durante todo el verano, retozó y descansó, y se ufanó de su arte y al llegar el invierno se encontró sin nada: ni una mosca, ni un gusano. Fue entonces a llorar su hambre a la hormiga vecina, pidiéndole que le prestara de su grano hasta la llegada de la próxima estación.– Te pagaré la deuda con sus intereses;-le dijo- antes de la cosecha, te doy mi palabra.Mas la hormiga no es nada generosa (y este es su menor defecto) y le preguntó a la cigarra:– ¿Qué hacías tú cuando el tiempo era cálido y bello?– Cantaba noche y día libremente, -respondió la despreocupada cigarra.– ¿Cantabas ? ¡Pues entonces ponte ahora a bailar!

VERSIÓN DE FÉLIX MARÍA DE SAMANIEGO:
Cantando la Cigarra
pasó el verano entero,
sin hacer provisiones
allá para el invierno;
los fríos la obligaron
a guardar el silencio
y a acogerse al abrigo
de su estrecho aposento.
Viose desproveída
del precioso sustento:
sin mosca, sin gusano,
sin trigo, sin centeno.
Habitaba la Hormiga
allí tabique en medio,
y con mil expresiones
de atención y respeto
le dijo: «Doña Hormiga,
pues que en vuestro granero
sobran las provisiones
para vuestro alimento,
prestad alguna cosa
con que viva este invierno
esta triste Cigarra,
que alegre en otro tiempo,
nunca conoció el daño,
nunca supo temerlo.
No dudéis en prestarme,
que fielmente prometo
pagaros con ganancias,
por el nombre que tengo».
La codiciosa Hormiga
respondió con denuedo,
ocultando a la espalda
las llaves del granero:
«¡Yo prestar lo que gano
con un trabajo inmenso!
dime, pues, holgazana,
¿qué has hecho en el buen tiempo?».
«Yo, dijo la Cigarra,
a todo pasajero
cantaba alegremente,
sin cesar ni un momento.»
«¡Hola! ¿conque cantabas
cuando yo andaba al remo?
Pues ahora, que yo como,
baila, pese a tu cuerpo».


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