martes, 25 de julio de 2023

MARTIRIO DE SANTA VALENTINA Y SANTA TEA

En el reinado de Maximino II, Firmiliano, el sucesor de Urbano en el gobierno de Palestina, llevó adelante con gran crueldad la persecución contra los cristianos. En Cesárea, donde comparecieron ante él noventa y siete confesores de la fe (hombres, mujeres y niños), mandó que se quemase a todos con un hierro candente el tendón del pie izquierdo, que se les arrancase el ojo derecho y se cauterizara la herida con fuego. Después, los condenó a trabajos forzados en las canteras del Líbano. Muchos otros cristianos de diferentes ciudades de Palestina comparecieron ante ese juez brutal y fueron tratados en forma semejante. 

Entre los cristianos arrestados en Gaza durante una reunión en la que leían la Sagrada Escritura, figuraba una doncella llamada Tea, originaria de dicha ciudad. El juez la amenazó con prostituirla en un lupanar. Tea echó en cara al tirano su indecencia y Firmiliano, enfurecido, la mandó azotar y torturar. De este modo, la desnudaron y flagelaron con dureza; luego la sometieron al suplicio del potro y le rompieron las costillas.

Valentina, una joven cristiana de Cesárea que se hallaba presente, gritó al juez: "¿Hasta cuándo vas a seguir atormentando a mi hermana?". Al punto fue hecha prisionera y arrastrada hasta el altar pagano. Valentina derribó a puntapiés el brasero y el incienso que estaban ya preparados sobre el altar. Se esparcieron las brasas por el suelo y Firmiliano, fuera de sí de rabia, ordenó a los verdugos que la desnudasen y la arrojasen sobre ellas, lo que le ocasionó diversas quemaduras en el cuerpo. Luego mandó que la torturasen aún más que a Tea. Después mandó atar y quemar vivas a las dos jóvenes.

También en Gaza, el 25 de julio de 308, fue decapitado por causa de la fe un cristiano llamado Pablo. En el sitio de la ejecución oró por sus compatriotas, por la propagación de la fe, por todos los presentes, por el emperador, por el juez y por el verdugo.

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