Oh gloriosa mártir santa Ciriaca, que defendiste la religión cristiana y rehusaste entregar tu juventud y belleza, por lo que sufriste crueles tormentos hasta morir, intercede por nosotros ante Dios para que podamos ser admitidos en su Reino tras el peregrinaje en este mundo, habiendo hecho lo posible por cumplir nuestra misión y seguir en todo momento tu ejemplo. Amén.
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