Oh gloriosa santa Yolanda, vengo a presentarte mi fervorosa oración; acógela benignamente y obténme las gracias que me son necesarias. Tengo el corazón atribulado y siento fuertes los golpes del dolor. La desventura y tristeza me oprimen. Recurro, pues, a tu auxilio. Ayúdame y atiende mi oración. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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