Vengo delante de tu reja
a darte el último adiós;
y aunque lloro, no te asustes,
porque tranquilo me voy.
a darte el último adiós;
y aunque lloro, no te asustes,
porque tranquilo me voy.
No te asustes, compañera,
que los hombres como yo,
si lloran, es de alegría,
si ríen, es de dolor.
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