Escuchadme sin reparos;
mis palabras son verdades:
nunca miréis con desprecio
al que mendiga en la calle.
mis palabras son verdades:
nunca miréis con desprecio
al que mendiga en la calle.
El que mendiga en la calle
es el más digno de lástima,
porque además de ser pobre
lo va diciendo en voz alta.
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