jueves, 11 de abril de 2019

AFECTOS PIADOSOS A JESÚS SACRAMENTADO

A Ti me acerco, ¡oh Jesús!, Tú eres el Camino que yo quiero seguir, guardando tus mandamientos, tus consejos y tus ejemplos. Quiero caminar a tu lado por el camino de la obediencia, del renunciamiento y del sacrificio, que conduce al cielo, cerca de Ti.
¡Oh Jesús!, Tú eres la Verdad, eres la verdadera luz que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. Yo creo en Ti. Creo en tu Evangelio, y quiero conocerte para amarte; quiero hacerte conocer para hacerte amar.
¡Oh Jesús, eres la Vida por tu gracia santificante; vida de las almas por tus palabras, que son palabras de vida eterna; por tu Eucaristía, Pan vivo bajado del cielo; por tu Corazón, hogar de mi vida para las almas y para los pueblos. Creo con todo mi corazón en tus palabras; tengo hambre del Pan vivo de la Eucaristía; abro plenamente mi corazón a las efusiones vivificadoras de tu Corazón, y me uno íntimamente a todas sus intenciones.
Que este Corazón divino reine sin excepción en los hijos de la Iglesia y en el mundo entero.

JACULATORIAS.- Ven, Señor; no quieras tardar.
Como el ciervo desea las fuentes de las aguas, así, ¡oh Dios!, te desea mi alma.
Señor, yo no soy digno de que entres en mi morada, pero di una sola palabra y será sana mi alma.
Señor Jesucristo, la comunión de tu Cuerpo, que yo indigno me atrevo a recibir, no me sea ocasión de juicio y condenación, antes por tu piedad me sirva de defensa y medicina para el alma y para el cuerpo.
El Cuerpo de nuestro Señor Jesucristo guarde mi alma para la vida eterna. Amén.

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