martes, 16 de abril de 2019

HIMNO A LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN DE MARÍA



                 CORO


¡Salve, salve, cantaban, MARÍA,

que más pura que Tú solo Dios!
Y en el cielo una voz repetía:
Más que Tú... ¡solo Dios!, ¡solo Dios!

                     ---------

Con torrentes de luz que te inundan,

los arcángeles besan tu pie,
las estrellas tu frente circundan,
y hasta Dios complacido te ve.



Pues clamándote pura y sin mancha

de rodillas los mundos están,
y tu espíritu arroba y ensancha
tanta fe, tanto amor, tanto afán.



¡Ah! ¡Bendito el Señor que en la tierra

pura y limpia te pudo formar,
como forma el diamante la sierra,
como cuaja las perlas el mar!



Y al mirarte entre el ser y la nada,

modelando tu cuerpo exclamó:
Desde el vientre será INMACULADA,   
si del suyo nacer debo yo.



Porque Tú, Madre Virgen y pura

del que dijo: ¡Haya luz!, y hubo luz,
y a tus pechos bebió la ternura,
y a tus brazos cayó de la Cruz.



No pudiste llevarle en tu seno,

si en tu seno triunfó Satanás.
Tú, la Madre de Dios, en el cieno...
¿Y era Dios y lo quiso? ¡Jamás!



Que a tus plantas rodó la cabeza

de Luzbel como rueda el alud,
y en tu ser natural la pureza,
de ley fue... como en Dios, la virtud.



Invocando la España tus glorias

dio feliz a dos mundos la ley,
y voló de victoria en victoria,
y de cada español hizo un rey.



Por tu nombre Lepanto vencía,

por tu fe le dio un mundo Colón,
y en Otumba, Granada y Pavía
inmortal fue por Ti su pendón.



Que al sentir de montaña en montaña

las tormentas de noche rugir,
se te ve, protegiendo tu España,
de la luna en el disco salir.



¡Flores, flores!... que al templo ya viene,

y en su trono de luz y a sus pies,
querubines y arcángeles tiene
más que espigas y granos la mies.



Flores, flores las nubes derraman

de la Virgen sin manche en honor,
y su Reina los cielos la aclaman,
y los hombres su Madre y su amor.



Ella pide virtudes por palmas,

corazones por templo y altar;
para luz de sus ojos las almas
que pretendan su amor cautivar.



Y en las iras de Dios las esconde,

y le grita al sonar la explosión:
¡Son mis hijos! ¡Piedad!; y Él responde:
¡Son sus hijos! ¡Piedad y perdón!



                      CORO



¡Salve, salve cantaban, MARÍA,

que más pura que Tú, solo Dios!
Y en el cielo una voz repetía:
Más que Tú... ¡solo Dios! ¡solo Dios!

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