Señor, bendito Tú en esta mañana que me das tu amor, que me regalas este nuevo día para que sea feliz, bendito porque me ayudas a sanar mis heridas, porque restauras mi corazón, porque me haces renacer la esperanza, porque me llenas de fuerza para continuar luchando por mi felicidad, porque estás en mí, en mi corazón, en mis pensamientos, en todo lo que vivo estás presente diciéndome que me amas.
Derrama tu Espíritu Santo en mi vida, para soportar las adversidades, para que sea tu fuerza la que sostenga mi vida, para no flaquear en la lucha, para no creer que ya no hay camino por andar, dame fuerzas para seguir siendo discípulo con un corazón humilde. Dame fuerzas para aprender siempre del otro, para abrir los oídos y el corazón para cambiar, y perdurar en el cambio, para que sea según como Tú quieres. Amén.
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