martes, 15 de septiembre de 2020

UNA TARDE FRESQUITA DE MAYO

Una tarde fresquita de mayo

cogí mi caballo y me fui a pasear

por la senda donde mi morena,

gentil y risueña, solía pasar.

Yo la vi que cogía una rosa,

yo la vi que cogía un clavel,

y le dije: Jardinera hermosa,

¿me das una rosa?, ¿me das un clavel?

Y me dijo muy fina y galante:

Eso que me pides yo te lo daré,

si me juras que nunca has tenido

flores en la mano de otra mujer.

Yo te juro que eres la primera

de quien flores espero coger,

por lo tanto, jardinera hermosa, 

¿me das una rosa?, ¿me das un clavel?

Una tarde fresquita de mayo

cogí mi caballo y me fui a pasear

por la senda donde mi morena,

gentil y risueña, solía pasar.


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