Carlo Acutis
Niño hermoso del cielo,
ciberapóstol de Dios,
hace poco que te conozco
y ya vives en mi corazón.
Viniste al mundo a dejarnos
enseñanzas de caridad y amor
viviendo siempre en la Eucaristía,
en María, en los Santos y en Dios.
Tu sonrisa ha quedado grabada
en toda mi mente y mi alma,
convirtiéndose en la luz de mi camino
que hoy, mañana y siempre me acompaña.
Niño hermoso del cielo,
pongo en ti toda mi fe y esperanza,
te pido que por mí intercedas,
y me concedas el milagro que tanto anhelo y espero.
Confiando en tu infinita bondad,
te rezo la oración que Jesús nos enseñó,
y agradezco tu intercesión,
saludando a María, Madre del amor.
Amén.
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