Atraedme a Vos ¡oh Virgen María! para que corra tras los suaves olores de vuestros perfumes. Atraedme, porque el peso de mis pecados y la malicia de mis enemigos me detienen. Vos sois la que enseñáis la verdadera sabiduría; Vos la que alcanzáis la gracia a los pecadores, porque sois su abogada; Vos en fin sois la que prometéis la gloria a los que os honran, porque sois el tesoro de Dios y la tesorera de sus gracias.
JACULATORIA: Oh María, en tus manos me pongo; mírame como cosa tuya.
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