martes, 23 de noviembre de 2021

MARTIRIO DE SANTA LUCRECIA DE MÉRIDA



Lucrecia nació en Mérida (Badajoz) y, según el “Santoral Español” de 1864, “dejóse ver en el mundo dotada de todas aquellas nobles disposiciones de naturaleza y de gracia, que no solo allanan sino que facilitan el camino de la virtud”.

Cuando era joven, comenzó en el Imperio Romano la décima persecución contra los cristianos, por los emperadores Diocleciano y Maximiano. Era gobernador, como casi siempre en las actas de los mártires, el “terrible” Daciano.

Llevada Lucrecia a su presencia, este quedó admirado por “su rara hermosura y su singular modestia”. Sabiendo que era cristiana de las más firmes, a la par que de familia acomodada, quiso obligarla a sacrificar a los dioses para, si se negaba, confiscar todos sus bienes para sí mismo. Para ello recurrió a las amenazas, y la cárcel, pensando doblegarla. Como no sucedió, la llamó a juicio nuevamente y le recriminó seguir al que había muerto de forma ignominiosa en una cruz. Lucrecia respondió: “Si hubieras leído al profeta, supieras que servir a Dios es reinar: en cuyo supuesto no me perjudica mi servidumbre a Jesucristo, verdadero Dios; antes bien me ensalza, y por lo mismo recibo de ello más bien esplendor que detrimento”. Daciano insistió, preguntándole por que no sacrificaba. Lucrecia se defendió: “Porque está escrito que solo se ha de servir y sacrificar a Dios; y los tuyos son demonios, a quienes es superstición adorar”.

Daciano, definitivamente le ofreció sacrificar o someterse a los castigos por no hacerlo. Lucrecia, sin miedo, respondió: “Sacrifica tú a los demonios, que yo sólo ofrezco sacrificio al verdadero Dios, y a Jesucristo su único Hijo”. Esta respuesta le valió ser abofeteada y enviada al potro, para que apostatase.

TORMENTO DEL POTRO


Lucrecia sufrió los más crueles tormentos durante cinco días, pero los asumió con entereza y dignamente, por lo que Daciano la sentenció a ser degollada inmediatamente, como así se hizo, llevándola fuera de la ciudad. Era el 23 de noviembre, de un año incierto a inicios del siglo IV.




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