Victoria y Acisclo, hermanos mártires de época romana nacidos en León, hijos de San Marcelo y Santa Nona. Son los Santos Patrones de Córdoba, al ser los primeros mártires aquí fallecidos. Victoria y Acisclo, al quedar huérfanos, huyeron hacia Córdoba con su aya Nicomedia. Tras la muerte de esta mujer fueron acogidos por una cristiana llamada Iniciana. Años más tarde, tras la orden de pena de muerte del pretor Dión para las personas que no adorasen a los dioses, fueron apresados los dos hermanos. Victoria y Acisclo fueron martirizados horriblemente por haber publicado su fe, pasando por torturas cada vez peores; ambos fueron sometidos al fuego, pero este escapó del control de los verdugos y se afirma que murieron muchos paganos sin que los santos se vieran afectados. Luego fueron sumergidos en el Guadalquivir atados a piedras, pero ambos aparecieron flotando sin sufrir daño; después a ella la desnudaron, le amputaron los pechos y le cortaron la lengua, la cual recogió y arrojó a la cara del pretor, conservando en todo momento su fuerte fe en Cristo, muriendo mientras era asaeteada con flechas en el Anfiteatro romano. Acisclo fue degollado a orillas del río Guadalquivir. Estas muertes ocurrieron un 17 de noviembre del año 313 según datos que se conservan en el Convento San Juan de los Reyes en Toledo.
17 DE NOVIEMBRE: SAN ACISCLO Y SANTA VICTORIA DE CÓRDOBA
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