De la boca de Inés puedo
como testigo afirmar
que se queda por llegar
a las orejas un dedo;
y si a reír le provoca
quien le contare consejas,
quedan atrás las orejas
y sube arriba la boca.
como testigo afirmar
que se queda por llegar
a las orejas un dedo;
y si a reír le provoca
quien le contare consejas,
quedan atrás las orejas
y sube arriba la boca.
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