Oh santa mártir Tatiana, brillaste en tu sufrimiento, mártir, te llenaste de tu sangre y como una paloma roja volaste hasta el cielo. Ahora te pedimos que intercedas por los que te honran. Oren por nosotros, siervos de Dios, deshagámonos de todos los dolores y enfermedades del alma y el cuerpo y vivamos piadosamente en la vida presente y en el futuro; concédenos, santa Tatiana, con todos los santos adorar en la Trinidad al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y por los siglos de los siglos. Amén.
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