"Convertíos y creed en el Evangelio" (Mc 1, 14-20)
Señor Jesús, volvemos a la vida cotidiana, al tiempo ordinario, a la bendita rutina. Gracias por estos días de Navidad, gracias por tu Palabra y por habernos hecho partícipes de tu llegada, de lo que provocaste en aquellos a los que se anunció tu venida, de los que fueron a presentarte sus regalos, y de tu bautismo.
Señor Jesús, y en este inicio de la normalidad y de los ritmos en los que somos y estamos llamados a ser tus testigos, lo primero que nos dices es de capital importancia acogerlo, pensarlo internamente y mirar de ponerlo en práctica: convertirnos y creer en el Evangelio. ¡Ahí es nada!
Señor Jesús, nosotros solos no podemos convertirnos, necesitamos de tu compañía, de tu ejemplo, de tu presencia y de tu misericordia. Haz que sintamos bien dentro de nosotros que necesitamos cambiar profundamente. Convierte Tú nuestro modo de proceder, nuestros criterios, nuestras prácticas y nuestras actitudes. Haz que te dejemos hacer en nosotros.
Señor Jesús, nos gustaría activar nuestro ser bautizados. Y creer en el Evangelio y hacerlo sin glosas y sin interpretaciones interesadas y adaptadas a nuestras mediocridades. Al inicio de este nuevo tiempo litúrgico , danos fe. Fortalece nuestra fe. Compromete nuestra fe. Siempre, peregrinos de la esperanza.
Así te lo pido. Así sea.
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