Buenos días. Feliz lunes. Hoy la sociedad dice que este es el lunes más triste del año. Pero san Marcos nos dice que no podemos ayunar mientras el novio está con nosotros. Jesús es sacerdote eterno que ha traído la vida eterna, el vino nuevo es su sangre que se ofrece una vez para siempre y así inaugurar una nueva y eterna Alianza con Dios. Seamos buenos y confiemos en Dios, que frente a la tristeza del mundo Él es la alegría eterna.
“A vino nuevo, odres nuevos” (Mc 2, 18-22)
Señor Jesús ¡más clara, el agua! Hoy tu Palabra no deja espacio para la duda, para la sospecha, para la incertidumbre o la interpretación. Si queremos afrontar la vida como Dios manda, si queremos ser sal y luz, si queremos que todo nuestro potencial se despliegue, si queremos que nuestros talentos se multipliquen, si queremos ser presencia tuya en medio del mundo, si queremos peregrinar en esperanza, si queremos ser odres nuevos, si queremos que nuestra vida, nuestras relaciones, nuestros trabajos y encomiendas se realicen correctamente y sean testimonio tuyo en medio del mundo, necesitamos acogerte dentro de nosotros y convertir nuestros “modos”.
Señor Jesús ¡convertir nuestros modos! Nuestro modo de mirar. Nuestro modo de acoger. Nuestro modo de pensar. Nuestro modo de argumentar. Nuestro modo de esperar. Nuestro modo de perdonar. Nuestro modo de entender al otro. Nuestro modo de justificar. Nuestro modo de comprometernos. Nuestro modo de creer. Nuestro modo de estar junto a los demás. Nuestro modo de hablar de Ti. Nuestro modo de confiar en Ti. Nuestro modo de ser lo que estamos llamados a ser. ¡Convierte mis modos!
Señor Jesús, hoy quiero ser odre nuevo, quiero que me ayudes a transformar todo cuanto necesito cambiar para que todo en mí sea nuevo, igual que Tú. Porque “a vino nuevo, odres nuevos”, a vino nuevo vida nueva. Llena Tú mis vacíos, inunda mi día de tu aroma, hazme motivo de alegría y de fiesta para los demás.
Así te lo pido. Así sea.
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