Madre amantísima, Virgen de la Victoria, que, al pie de la Cruz, nos recibiste a todos los hombres con amor de Madre. Haz que este amor brote en nuestros corazones para nuestro buen Padre, Dios, y para todos los hombres, nuestros hermanos. Que, siguiendo tu ejemplo, aprendamos a amar sin límites ni distinciones. Enséñanos a amar, Virgen de la Victoria, de modo que el amor verdadero nunca se borre de nuestros corazones. Amén.

No hay comentarios:
Publicar un comentario