Buenos días. Hoy es viernes y las lecturas nos llevan a descubrir la novedad del Evangelio que significa la actualización de la antigua Alianza de Dios con el hombre a través de Cristo, el primogénito, el primero en todo, el modelo de vida. Él es la cabeza de la Iglesia y nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño. Hoy nos debemos preguntar si estamos dispuestos a vivir la novedad del Evangelio que significa la entrega a la voluntad de Dios, significa la alegría de saber que estamos con el novio celebrando la boda de Cristo con su Iglesia, que da su propia vida y nos enseña que este es el camino del amor. Seamos buenos y confiemos en Dios, porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
1ª Lectura (Col 1, 15-20): Cristo Jesús es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.
Salmo responsorial: 99
R/. Entrad en la presencia del Señor con vítores.
Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría, entrad en su presencia con vítores. Sabed que el Señor es Dios: que él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con himnos, dándole gracias y bendiciendo su nombre.
«El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades».
Versículo antes del Evangelio (Jn 8, 12): Aleluya. Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida. Aleluya.
"A vino nuevo, odres nuevos" (Lc 5, 33-39)
Señor Jesús, ¡qué bien nos vienen estas palabras tuyas ahora que estamos iniciando un nuevo curso! ¡A vino nuevo, odres nuevos! Es como si nos dijeras: a curso nuevo, actitud renovada; ante todo lo que venga, confianza; ante cualquier contratiempo, esperanza; ante la realidad una mirada contemplativa que nos lleve a la acción; ante los retos, vocación y no olvidar nunca que Tú nos envías.
Señor Jesús, hoy tu Palabra no deja espacio para la duda, para la sospecha, para la incertidumbre o la interpretación. Si queremos afrontar la vida y este nuevo curso como Dios manda, si queremos ser sal y luz, si queremos que nuestros talentos se multipliquen, si queremos ser presencia tuya en medio del mundo, si queremos peregrinar en esperanza, si queremos ser odres nuevos, si queremos ser instrumentos de paz y bien, necesitamos acogerte dentro de nosotros y convertir nuestros “modos”.
Señor Jesús ¡convertir nuestros modos! Nuestro modo de mirar. Nuestro modo de acoger. Nuestro modo de pensar. Nuestro modo de argumentar. Nuestro modo de esperar. Nuestro modo de perdonar. Nuestro modo de entender al otro. Nuestro modo de justificar. Nuestro modo de comprometernos. Nuestro modo de creer. Nuestro modo de estar junto a los demás. Nuestro modo de hablar de Ti. Nuestro modo de confiar en Ti. Nuestro modo de ser lo que estamos llamados a ser. ¡Convierte nuestros modos!
Señor Jesús, hoy te decimos que queremos ser odres nuevos, queremos que nos ayudes a transformar todo cuanto necesitamos cambiar para que todo en nosotros sea nuevo, igual que Tú. Porque “a vino nuevo, odres nuevos”, a vino nuevo vida nueva. Llena Tú nuestros vacíos, inunda nuestro día de tu aroma, haznos motivo de alegría y de fiesta para los demás.
Así te lo pido. Así sea.
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