Concédenos, Señor, conocerte y amarte sobre todas las cosas, como se lo concediste a tu sierva María de la Cabeza, esposa de san Isidro, labrador; y sirviéndote así, como lo hizo ella, con sinceridad de corazón, logremos también agradarte con nuestra fe y nuestras buenas obras. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario