MEDITACIÓN VIERNES OCTAVA DE PASCUA A (P. Damián Ramírez)
Lectura del santo evangelio según san Juan 21, 1-14
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, apodado el Mellizo; Natanael, el de Caná de Galilea; los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice:
«Me voy a pescar».
Ellos contestan:
«Vamos también nosotros contigo».
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice:
«Muchachos, ¿tenéis pescado?».
Ellos contestaron:
«No».
Él les dice:
«Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis».
La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo a quien Jesús amaba le dice a Pedro:
«Es el Señor».
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos doscientos codos, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice:
«Traed de los peces que acabáis de coger».
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice:
«Vamos, almorzad».
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos después de resucitar de entre los muertos.
Si hoy siento el calor del abrazo que más necesito, si hoy noto que dentro de mí estoy verdaderamente feliz, si hoy mantengo la paz aunque todo me invite a perderla, si hoy veo más allá de mí mismo, si hoy siento necesidad de dar buenas nuevas a aquellos con los que me encuentre, no es casualidad, es el Señor.
Si hoy soy capaz de poner colores al gris, calor en el frío, luz en la tiniebla, entendimiento en el desencuentro, diálogo en mitad de la discusión, cercanía en vez de distancia, alegría en lugar de tristeza, compromiso en vez de indiferencia, claridad y verdad en lugar de tibieza y mentira, no es casualidad, es el Señor.
Si hoy salgo a pescar y pesco, si hoy sales a mi encuentro y te encuentro, si hoy te busco y te dejas ver, si hoy canto Aleluya a pesar de las cruces y las caídas, si hoy comparto lo que soy y lo que tengo con los otros, si hoy me quiero y quiero como Tú a los demás, si hoy puedo perdonar y perdono, si hoy puedo bendecir y bendigo, no es casualidad, es el Señor.
Señor Jesús, eres Tú. Tú haces posible cosas imposibles. Tú nos llamas esta mañana a salir a pescar, a compartir lo que tenemos con los otros, a reconocerte vivo y verdadero a nuestro lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario