Oh gloriosa Santa Liduvina de Schiedam, elegida por Cristo para sufrir un inmenso dolor por los pobres pecadores y para ofrecerle todos tus sufrimientos. Intercede en nuestro nombre y ayúdanos a través de nuestros pequeños sufrimientos que no pueden compararse con los tuyos. Concédenos la gracia de confiar completamente en Jesús incluso en momentos de profunda tristeza y confusión. Ayúdanos a poner siempre nuestras peticiones en las manos de la Santísima Virgen María, que en nuestro nombre ofrecerá a Jesús como lo hizo contigo. Que se nos conceda la gracia de perseverar en los sufrimientos hasta que el Señor nos llame a casa para disfrutar de la Gloria del Cielo. Amén.
Santa Liduvina, cuya vida estuvo llena de intensos sufrimientos por los pobres pecadores, ¡ruega por nosotros!
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