Querida santa Catalina, patrona de quienes han sufrido un aborto espontáneo, tú conoces los peligros que esperan a los niños no natos. Por favor, intercede por mí para que pueda recibir curación por la pérdida que he sufrido. Mi alma se ha visto privada de paz y he olvidado lo que es la verdadera felicidad.
Mientras lloro la pérdida de mi hijo/a, me pongo en las manos de Dios y pido fuerzas para aceptar su voluntad en todas las cosas, para consolarme en mi dolor y para tener paz en mi pena.
Gloriosa santa Catalina, escucha mis oraciones y pide a Dios que, a su debido tiempo, me conceda un bebé sano que se convierta en un verdadero hijo de Dios. Amén.
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