En el bravío y mordiente oleaje Tú serás resorte de salvación.
En los golpes sobre las duras rocas de la vida Tú extenderás un bálsamo a toda herida.
En las profundidades llenas de temor Tú soplarás valentía y seguridad.
En las costas de la debilidad Tú infundirás fortaleza.
En los peligros que devoran y matan Tú te impondrás como telón entre el bien y el mal.
En las redes que nos aprisionan y esclavizan Tú las cortarás para rescatarnos a la libertad.
En los problemas que son arpones de cada día Tú pondrás la luz sobre la duda.
En la tempestad y en la tormenta Tú regalarás la calma sin tregua.
En el naufragio de nuestras ilusiones Tú pondrás optimismo en el corazón.
En la soledad de la noche Tú serás compañía segura.
En la escasez de lo material Tú llenarás con creces nuestra mesa.
En los conflictos del gran crucero de la vida Tú nos recordarás que somos tus hijos.
En la desorientación de la noche Tú serás brújula que nos lleve a buen puerto.
En los instantes de claro hundimiento Tú serás la mano firme del timón.
En la sed y en la enfermedad Tú serás nube oportuna y buena medicina.
En la ausencia de viento para cruzar el mar Tú serás empuje y vitalidad de nuestro caminar.
En la flaqueza y el abatimiento Tú infundirás fe y fuerza de Dios.
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