Que tu candor y mansedumbre sean el sendero que nos conduzca a purificar nuestros corazones y nuestras almas. Tus atuendos de peregrino inspiren e iluminen la sencillez y simplicidad de nuestro peregrinaje de cada día.
Humildemente te pedimos y suplicamos, con la intercesión de tu Santísima Madre la Virgen María, que nos libres de todo mal y que permanezcamos siempre fieles a tus divinas enseñanzas. Amén.
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