miércoles, 31 de enero de 2024

EN LAS TENTACIONES (1)

No te espantes por más que te veas acosado de tentaciones. El demonio, dice san Agustín, es semejante a un perro atado a la cadena: puede ladrar, pero no puede morder a los que no quieren ser mordidos. Santíguate con devoción y reza con mucha calma y confianza alguna de las siguientes invocaciones:

Ven. oh Dios, en mi ayuda. Apresúrate, Señor, a socorrerme.

Te amo, Dios mío, dame tu gracia para que nunca te ofenda.

Oh María, sin pecado concebida, ruega por mí que a Ti acudo.

¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía!, acuérdate de que soy todo tuyo. Guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya.

¡Antes morir que pecar!

Angel mío, defiéndeme.

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