Dios y padre nuestro que estás lleno de misericordia, que enviaste al mártir san Sebastián y tan poderosamente le fortificaste en la fe que por ninguna terrenal promesa, ni intimidación, ni sufrimiento, ni flecha pudo ser removido ni apartado de tu fe.
Con valentía puedas retirar a nuestros enemigos, cualquier daño o adversidad, destruir a quien nos quiere hacer daño, que nadie nos pueda difamar, que las lenguas odiosas sean menospreciadas y que no haya recelo ni envidia para con nosotros.
Señor Dios, oramos ante Ti y te imploramos y suplicamos que seas misericordioso y que a través de tu siervo y esta oración a san Sebastián, tu mártir, puedas otorgarnos los dones y ayudas que por conveniencia necesitemos en las cosas actuales que estamos pasando, bien sea en espíritu, en cuerpo o en cosas.
En particular te rogamos nos concedas (Hacer la petición) así como todos los bienes que nos conducen a nuestra eterna salvación, para que finalmente podamos alcanzar la gloria celestial. Por nuestro Señor Jesucristo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
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