Vilana nació en 1332 en Florencia (Italia) dentro de una acaudalada familia. Unida en matrimonio con Rosso Benintendi vivió por un tiempo instalada en el fasto y la frivolidad de costumbres.
Mientras se engalanaba para una de las fiestas a las que acudía, el espejo le devolvió una imagen terrible. Quedó sobrecogida por la visión, entendiendo que era su propia alma y acudió de inmediato a Santa María Novella, buscando el perdón.
Este instante marcó el inicio de su conversión. Desde entonces fue una mujer completamente distinta. Siguió unida a su esposo, pero llevando vida austera, marcada por la oración, la penitencia, la piedad y la asistencia a los pobres.
Convertida, entró entre las hermanas de la Orden seglar de Santo Domingo, del cual era muy devota, dándose a una austera penitencia. Alimentaba su alma con la lectura de san Pablo y concentró su contemplación en la pasión de Cristo.
Obtuvo la conversión de su padre, e influyó de manera determinante en la de su esposo, que ponía en solfa la fe.
Enfermó gravemente y con sólo 29 años murió en Florencia el 29 de enero de 1361. Su cuerpo fue expuesto a la veneración pública durante muchos días en la iglesia dominicana de Santa María Novella.
Su cuerpo se sigue venerando en la iglesia dominicana de Santa María Novella. Su culto fue confirmado en 1824 por León XII.
ORACIÓN
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