¡Buenos días!
Anoche celebrábamos el triunfo del Señor sobre la muerte y el pecado , y todos nos alegrábamos de tan buena y gran noticia.
Un nuevo amanecer de un Domingo de Resurrección (lluvioso) nos traerá de nuevo el recuerdo de una certeza que nunca se nos debería olvidar: ¡Cristo vive, y de igual forma tú y yo viviremos!
Pues vivamos ya desde aquí y desde ahora de esta forma: felices, gozosos y llenos de vida, ¡Él estará siempre con nosotros!
¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!
¡FELIZ VIDA DE RESUCITADOS! 
Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 1-9
El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.
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