EL SEÑOR ES CLEMENTE Y MISERICORDIOSO
Lectura del santo evangelio según san Juan 5, 17-30
Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no solo quebrantaba el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios.
"Yo no puedo hacer nada por mí mismo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió»" (Jn 5, 17-30)
Señor Jesús, ¡cómo nos gustaría vivir fiados totalmente de tu Palabra! ¡Cómo nos gustaría vivir despojados de seguridades y de voluntades humanas! ¡Cómo nos gustaría poder ser de los que saben que no pueden hacer nada por sí mismos porque se saben sólo en Ti!
Señor Jesús, ayúdanos a no buscar nuestra voluntad, esa que siempre tiende a salvaguardar los propios intereses, esa que se aleja de todo aquello que implique más compromiso y responsabilidad, esa que nos aleja de tu proyecto porque tiende a ponernos siempre en el centro de todo. Acompaña nuestra voluntad de querer buscar tu voluntad y ser consecuentes con ella.
Señor Jesús, enséñanos a buscar tu voluntad, esa que construye puentes, esa que dignifica a los otros, esa que casi nunca coincide con nuestros planes, esa que nos desinstala y nos complica la vida, esa que nos hace felices a pesar de cargar con las cruces de cada día, esa que lleva tu nombre y en tu nombre lo transforma todo.
Señor Jesús, nosotros tampoco podemos hacer nada por nosotros mismos porque nos sabemos y reconocemos en tus manos, tatuados en tu corazón: acompaña nuestro deseo sincero de ser fieles a tu voluntad.
Así te lo pido. Así sea.
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