Dios y Señor nuestro, que con tu amor a tus hijos quisiste que san Ruperto anunciara a los pueblos la gran riqueza que es Cristo, permítenos, por su intercesión, crecer en el conocimiento del misterio de Cristo y vivir siempre según las enseñanzas del Evangelio, fructificando con toda clase de buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén.
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