Dulcísimo Jesús, Dios y Señor de mi alma, admirable en vuestro siervo san Gil, retrato vuestro: atended, Señor, a las súplicas que ahora os hago, para lo cual os presento los méritos e intercesión de este glorioso santo, esperando conseguir de vuestra misericordia tal pureza de corazón y cuerpo que con ella logre la santidad de que estuvo lleno, y el favor especial que os pido hoy. Admitid, Señor, mi rendimiento ante vuestra soberana presencia, y alentad las fuerzas de mi espíritu, para que, purificado de todo lo terreno, sólo busque la pureza de mi alma, y que todo sea para mayor honra y gloria vuestra. Amén.
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