Buenos días. Es jueves, recemos por las vocaciones. Aprendamos hoy a descubrir el Reino de Dios. Las lecturas de hoy podrían unirse, e identificar perfectamente la Sabiduría con el Reino de Dios. Jesús explica que el Reino de Dios está en medio de nosotros, que no llega aparatosamente, sino que hay que estar atento para que no nos distraigamos con el ruido del mundo; como nos dice el libro de la Sabiduría, es sutil y lo penetra todo. ¿Seremos capaces de hacer silencio y dejarnos llenar de su Presencia Salvadora? Seamos buenos y confiemos en Dios, que su Palabra es sabiduría eterna.
Texto del Evangelio (Lc 17, 20-25): En aquel tiempo, los fariseos preguntaron a Jesús cuándo llegaría el Reino de Dios. Él les respondió: «El Reino de Dios viene sin dejarse sentir. Y no dirán: ‘Vedlo aquí o allá’, porque el Reino de Dios ya está entre vosotros». Dijo a sus discípulos: «Días vendrán en que desearéis ver uno solo de los días del Hijo del hombre, y no lo veréis. Y os dirán: ‘Vedlo aquí, vedlo allá’. No vayáis, ni corráis detrás. Porque, como relámpago fulgurante que brilla de un extremo a otro del cielo, así será el Hijo del hombre en su día. Pero, antes, le es preciso padecer mucho y ser reprobado por esta generación».
“El reino de Dios ya está entre vosotros” (Lc 17, 20-25)
Señor Jesús, ¡con lo que nos gusta a nosotros el espectáculo, el que se sepa quiénes somos, qué currículo nos avala, de qué somos conocidos, a quién conocemos que pueda influir en no sé qué temas, lo que nos chifla que hablen bien de nosotros y que por pequeño que sea lo que hagamos haya ruido y fuegos artificiales que lo anuncien! ¡Cómo vamos a entender que tu Reino viene sin mucho atrezzo, que se hace presente en lo cotidiano de cada jornada y que se ve en lo pequeño, en lo simple y en lo insignificante!
Señor Jesús, ayúdanos a entender qué significa que tu Reino ya está entre nosotros. Ayúdanos a comprender que, o nos habitas o no te conocemos, que o te haces vida en nuestra vida o nuestro creer es puro artificio, que o nuestras acciones hablan de ti o solo hablamos de nosotros mismos y de nuestros reinos. Ayúdanos hoy a encontrarte en nuestro diario vivir y a ser constructores de tu Reino en todo aquello en lo que estemos implicados.
Señor Jesús, hazme gustar internamente qué significa que tu Reino está entre nosotros, dentro de mí, ¡qué privilegio es ese y qué gran responsabilidad! Hazme digno de tu reino. Reina en mí. Y en los que tengo cerca de mí.
Así te lo pido. Así sea.

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