¡Oh gloriosa santa Isabel!, modelo de virtud, hija de reyes y destinada a reinar, que desde niña quisiste seguir los caminos del verdadero bien, de la justicia y el amor, de la penitencia, del ayuno, la oración y el completo servicio al prójimo, protégenos en nuestra difícil peregrinación.
Santa Isabel de Hungría, casada a muy pronta edad, tú fuiste ejemplo de fidelidad y cariño; a tu esposo e hijos amaste, sin por ello abandonar tu pasión y amor por Cristo ni tu abnegada dedicación a todo al que lo precisara.
Santa Isabel, fiel seguidora de san Francisco de Asís, hoy te vengo a suplicar que me ayudes a tener sincero amor al Señor, a seguir las enseñanzas del Evangelio, y a ser desprendido con todo el que me rodea. También quisiera, amada santa Isabel, solicitar me concedas alivio a mi corazón afligido por la falta de trabajo y dinero.
Por la inmensa caridad que en tu vida tuviste, por la fe y esperanza que prodigaste, santa Isabel te suplico dame tu auxilio, intercede por mí ante Dios Misericordioso y pídele me socorra prontamente en esta necesidad que tan grandemente me agobia:
(hacer la petición)
Dulce Isabel, gloriosa santa de los desamparados, tú que te desviviste por los más débiles e indefensos, no desoigas mis urgentes demandas, y haz, te ruego, que sean atendidas favorablemente.
Santa Isabel de Hungría, santa, santa, ruega por todos los que te necesitamos, enséñanos a buscar los bienes que no pasan y condúcenos por la humildad a la Gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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