viernes, 13 de septiembre de 2019

EL CHIQUILLO TESTARUDO (Hermanos Grimm)

Era un chiquillo en extremo obstinado, que jamás hacía lo que le mandaba su madre. Por eso, Dios Nuestro Señor no estaba contento con él y permitió que cayese enfermo. Y como ningún médico supo acertar el remedio a su dolencia, al poco tiempo estaba tendido sobre el lecho de muerte. Cuando lo bajaron a la sepultura, y lo cubrieron de tierra, volvió a salir su bracito, y aunque lo doblaron poniendo más y más tierra encima, de nada sirvió: siempre volvía a asomar el bracito. Fue preciso que la propia madre fuese a la tumba y le diese unos golpes con su vara; solo entonces se dobló, y el niño pudo descansar bajo la tierra.

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