Jesús, que en mi alma estás,
enciende en ella tu vida,
y esta lámpara encendida
que no se apague jamás.
Yo quiero que Tú me lleves
por los caminos que sabes,
caminos duros y suaves,
de calores y de nieves.
Quiero que seas mi luz
y el guardián de mi pureza,
mi alegría y fortaleza,
y mi sagrario y mi cruz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario