domingo, 31 de octubre de 2021
MEDITACIÓN DOMINGO XXXI TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)
BEATO ANTONIO BENÍTEZ ARIAS
Antonio Benítez Arias
Sacerdote (Cuevas de San Marcos, Málaga, 6 junio 1907 - Castro del Río, Córdoba, 21 julio 1936, 29 años)
Nacido en la Provincia y Obispado de Málaga, la Providencia hizo que su formación y ministerio sacerdotal, además de su martirio, tuvieran lugar en Córdoba y su Provincia.
Sus padres fueron Antonio Benítez Hinojosa y Adela Arias Carrillo. Era una familia numerosa: 4 hermanos y 4 hermanas; don Antonio era el menor de todos. Sus padres vivían de la venta ambulante y eran muy religiosos, educando a sus hijos en la fe católica.
Un informe de su párroco, cuando don Antonio tenía 18 años, elogia su conducta moral intachable, su asiduidad en los Sacramentos, rezo diario del Rosario y la Santa Misa, siendo además un excelente ayudante en la catequesis parroquial y estando adornado de un digno porte adecuado a un futuro seminarista.
Comenzó sus estudios eclesiásticos en el Seminario de Málaga en 1919, pasando al de Córdoba en 1925 por motivos de salud y el traslado de su familia a esta ciudad.
En 1931 terminó el quinto curso de Teología en las circunstancias tan difíciles por las que pasó el Seminario en la noche del 10 de mayo, cuando el edificio fue apedreado y sus cristales rotos por las turbas. Tales hechos sembraron gran inquietud entre los seminaristas cordobeses.
Recibió la ordenación sacerdotal un año más tarde, el 21 de mayo de 1932. El primero de julio de ese año, tomó posesión de la coadjutoría de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción de Castro del Río, para colaborar estrechamente con el párroco don José Ayala Garrido (también mártir). Éste informa sobre su coadjutor en tres ocasiones (entre 1933 y 1936), y siempre favorablemente, señalando el recto cumplimiento de las obligaciones a su cargo: uso del traje talar, cumplimiento fiel de lo que le ordenaba, digno comportamiento sacerdotal, recto cumplimiento de las obligaciones de su cargo, asistencia a las Conferencias Eclesiásticas (para la formación del clero de entonces), etc.
Fue, por tanto, en su único y definitivo destino pastoral, un sacerdote y coadjutor ejemplar, ajustado en todo a lo que la Iglesia pedía a un eclesiástico de su tiempo. Sus últimos Ejercicios Espirituales fueron en mayo de 1936, en la Casa “San Antonio”, en compañía de su Obispo, don Adolfo Pérez Muñoz.
El ambiente de Castro del Río en estas fechas era complicado por los comportamientos de las gentes de izquierda, hostiles a la Iglesia y a todo lo relacionado con la Religión.
El informe del Obispado sobre su muerte dice: “Don Antonio Benítez Arias, de 27 años, coadjutor de la Parroquia de la Asunción, asesinado a las 10 de la mañana del 21 de julio a las afueras de la población, sitio llamado Puente Nuevo, por arma de fuego. El día anterior, a las 12 de la noche, en su misma casa, al ir a prenderlo, le dispararon con arma de fuego, de cuyas resultas tuvo que ser asistido por un médico pues perdió el conocimiento, y por este motivo no le sacaron de su casa hasta la mañana siguiente sobre las 6, y desde este tiempo, hasta las 10 que fue fusilado, estuvo atado en un corral próximo a su ejecución, en espera de la primera víctima de la población que fue también allí ejecutada”. Consta que el protagonismo de tales hechos corrió a cargo de los anarcosindicalistas y la CNT (cf. F. MORENO GÓMEZ, La República, 414).
El Registro Civil de Castro del Río conserva el acta de su defunción: “Falleció en esta villa el día 21 de julio de 1936, sobre las 9 horas, a consecuencia de ser asesinado por las hordas rojas, según resulta de expediente instruido, y su cadáver recibió sepultura en el Cementerio de esta ciudad”.
El único motivo de su muerte fue por ser sacerdote, pues fue una persona buena y cariñosa con sus feligreses y la gente del pueblo, especialmente con los necesitados, a quienes atendía con frecuencia y esmero.
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El grupo del que ha formado parte Antonio Benítez Arias, está compuesto por 79 sacerdotes diocesanos, cinco seminaristas, una religiosa Hija del Patrocinio de María, tres religiosos franciscanos y 39 fieles laicos (29 hombres y 10 mujeres). Su fiesta litúrgica tendrá lugar el 6 de noviembre, junto al resto de Mártires Españoles del Siglo XX, denominación que agrupa, tras estas últimas incorporaciones a más de 2.000 personas que derramaron su sangre en el nombre de Cristo; concretamente a 2.046.
En este grupo también se encuentra Rafael Martínez Navarro, prefecto de ceremonias de la Catedral de Córdoba, que fue apresado y asesinado en Málaga en 1936 de camino al balneario de Carratraca donde se curaba de una afección cutánea. Sus restos descansan en la catedral de Málaga.
sábado, 30 de octubre de 2021
MEDITACIÓN SÁBADO XXX TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)
viernes, 29 de octubre de 2021
SAN MARCELO, MÁRTIR
MEDITACIÓN VIERNES XXX TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)
jueves, 28 de octubre de 2021
LLORAR O SONREÍR
MEDITACIÓN SAN SIMÓN Y SAN JUDAS TADEO, APÓSTOLES (P. Damián Ramírez)
ORACIÓN A SAN MARCELO, PATRÓN DE LEÓN (ESPAÑA)
miércoles, 27 de octubre de 2021
MEDITACIÓN MIÉRCOLES XXX TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)
SAN VICENTE, SANTA SABINA Y SANTA CRISTETA, MÁRTIRES
San Vicente de Talavera, Santa Sabina de Talavera y Santa Cristeta de Talavera, como son conocidos individualmente, quedaron huérfanos tempranamente, siendo Vicente, el mayor, quien se encargó del cuidado de sus hermanas, casi unas niñas.
La tradición achaca a Publio Daciano, prefecto romano de Hispania y gobernador de la Bética, el martirio infligido a los tres hermanos de Talavera.
Publio Daciano llegó a Talavera de la Reina tras pasar por Barcelona, Zaragoza y Toledo aplicando el decreto de persecución de los cristianos. Allí Vicente fue denunciado como cristiano y presentado ante el prefecto. Confesó que era cristiano y fue requerido para que abjurara de su fe e hiciera sacrificios a los dioses del imperio.
Como no lo hizo, fue enviado al templo de Júpiter para que ofreciese el pertinente sacrificio. Dice la leyenda que, al pisar templo, la piedra se ablandó como cera bajo sus pies, dejando marcadas en el suelo las huellas de sus plantas y del báculo en que se apoyaba. Hoy día se venera en Talavera de la Reina una losa con dos pies y un hoyo circular marcados atribuidos a aquel episodio.
Amedrentados, los guardias se van despavoridos. Vicente recoge a sus hermanas Sabina y Cristeta en su casa y los tres huyen a través de la sierra que hoy lleva su nombre. Otra versión dice que fueron los arúspices del templo quienes consideraron el hecho de la piedra un mal augurio y pidieron al prefecto que encerrara tres días a Vicente para ver si se retractaba. Encerrado, fue visitado por sus hermanas, que le pidieron que escapara con ellas para poder cuidarlas. Ayudados por centinelas huyeron. Se escondieron en una cueva y siguieron en su huida hasta la ciudad de Ávila, donde fueron apresados, pero al negarse a abjurar del cristianismo sufrieron martirio.
Murieron cuando después de emplear varios sistemas de tormento, les aplastaron la cabeza con una piedra según algunos o con una prensa según otros.
Un judío que se reía del respeto de los abulenses por los restos de los mártires fue atacado por una serpiente que salió de la cueva de la Soterraña en Ávila y, arrepentido, dio el dinero para construir una iglesia sobre su sepultura.
martes, 26 de octubre de 2021
MEDITACIÓN MARTES XXX TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)
SAN LUCIANO Y SAN MARCIANO, MÁRTIRES
lunes, 25 de octubre de 2021
MEDITACIÓN LUNES XXX TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)
SANTOS CRISANTO Y DARÍA, MÁRTIRES
Crisanto provenía de Alejandría, hijo de un noble patricio llamado Polemio, en tiempos del emperador Numeriano. Al mudarse a Roma con su padre, para estudiar , se hizo adepto a las lecturas cristianas y los Evangelios; posteriormente fue convertido al cristianismo por el presbítero Carpóforo y bautizado. Su padre, al ver su conversión procuró hacerlo volver al culto pagano, incluso lo encerró en un calabozo; al ver que tales medios fallaban intentó disuadirle mediante la voluptuosidad, llevándole mujeres a su celda; sin embargo, Crisanto se empecinó en la castidad. Entre las mujeres que le presentaron se encontraba la hermosa virgen vestal Daría, proponiéndole matrimonio con ella. Sin embargo, Crisanto convirtió a Daría también al cristianismo, con lo que aceptó casarse con ella, pero bajo el pacto previamente realizado con ella de guardarse castos en su matrimonio, lo que le otorgó la libertad a Crisanto y la posibilidad de seguir difundiendo la fe cristiana.
La misma leyenda cuenta que la pareja logró muchas conversiones, entre las cuales se encuentran un tribuno de nombre Claudio, su esposa Hilaria y sus dos hijos de nombres Mauro y Jasón, quienes fueron convertidos tras el arresto de la pareja por la promoción del cristianismo, convirtiendo, igualmente, a los setenta soldados de la guarnición que los tenían custodiados.
A Crisanto mandó el emperador poner en la cárcel, llamada Tuliano, que era oscura y dura, y a Daría llevar al lugar de las mujeres públicas, donde, puesta la santa doncella en aquel afrentoso lugar, lo convirtió con su presencia y oración en un devoto oratorio; porque el Señor envió un león, que habiéndose soltado de la leonera en que estaba, se puso delante de Daría, como quien la quería defender. Entró un mozo lascivo y deshonesto sin saber lo que pasaba, para afrentar y hacer fuerza a la santa virgen: salió a él el león, le derribó en el suelo, y teniéndole allí caído, y con el pavor y sobresalto, más muerto que vivo, miraba a la santa para ver lo que le mandaba que en aquel desventurado mozo hiciese. Le mandó que no le hiciese mal, y tomando ocasión de lo que él hacía, para obedecer a Dios, habló al mozo, y lo convirtió a la fe de Jesucristo, y libre ya de las garras del león (a quien la santa mandó que le dejase), comenzó a dar voces por toda la ciudad, que no había otro Dios, sino Jesucristo, a quien adoraban los cristianos. Fueron por el león, los que tenían cargo de él; mas regido por Dios, se volvió contra ellos; y con esta ocasión ellos también se convirtieron, y fueron pregoneros de la grandeza y majestad del Señor. Mandó Celerino, prefecto, poner fuego alrededor del aposento donde estaba Daría y el león, para que allí fuesen quemados, mas por voluntad del Señor el león, tomando la bendición de la santa, bajó su cerviz y pasó por la llama sin quemarse, y por toda la ciudad, sin hacer mal a nadie, ni recibirle. Después de esto colgaron a Crisanto en un madero, que se quebró, y las ataduras se rompieron, y las hachas, que estaban encendidas para quemarle los costados, se apagaron. Quisieron atormentar a Daría, mas los nervios de las manos de los verdugos se encogieron con tan gran dolor y sentimiento, que la dejaron. Finalmente, los llevaron fuera de la ciudad en la vía Salaria, y allí hicieron una gran hoya, y los pusieron vivos en ella, echando sobre ella tierra y piedras, y juntamente fueron martirizados y sepultados. Obró Dios nuestro Señor grandes milagros por estos santos, y por su intercesión dio salud a muchos enfermos.
domingo, 24 de octubre de 2021
ORACIÓN DE SANACIÓN A SAN RAFAEL ARCÁNGEL
MEDITACIÓN DOMINGO XXX TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)
sábado, 23 de octubre de 2021
ORACIÓN A SAN VALERIO, MÁRTIR
Tú, Señor, que concediste a San Valerio el don de imitar con fidelidad a Cristo, pobre y humilde, concédenos también a nosotros por intercesión de este santo, la gracia de que, viviendo fielmente nuestra vocación, tendamos hacia la perfección que nos propones en la persona de tu Hijo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
San Valerio, ruega por nosotros.
MEDITACIÓN SÁBADO XXIX TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)
viernes, 22 de octubre de 2021
NOVILUNIO
ORACIÓN A SANTA ÚRSULA PARA SOLUCIONAR PROBLEMAS DE PAREJA
Hoy llego a ti, adorable santa, para pedir tu mediación celestial y te ruego encarecidamente me tiendas tu valiente mano para que yo también pueda salir con bien de mis graves y angustiosos problemas sentimentales.
Bienaventurada santa Úrsula, muy amada por Jesucristo, dame tu ayuda, auxíliame ahora que sufro por amor, acógeme bajo tu poderosa y eficaz protección y líbrame de tanta preocupación y aflicción.
A ti, mi buena Úrsula santa, te entrego mi matrimonio, mi relación de pareja, que está atravesando serias y preocupantes dificultades y yo me desespero al no saber salir de ellas y por no poder arreglar lo que parece perdido.
Sé que tu poder es inmenso, y que gozas en el Cielo de un sitio privilegiado, sé que María Santísima y Jesús, que quieren lo mejor para mí y mi familia, pueden calmar esta situación por la que atravesamos, ruégales me ayuden a recuperar el amor y la atención de la persona que tanto amo y necesito, ruégales pueda recomponerse nuestra relación y sobre todo que restauren y salven mi matrimonio.
¡Oh gloriosa mártir santa Úrsula! cuya muerte fue un acto de la caridad más perfecta, ruega por mí ante el Señor, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y ante nuestra amada Madre la Virgen María, pídeles me ayuden con su infinita misericordia y consigue que mis súplicas de amor sean atendidas.
En el nombre de Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo. Amén.
MEDITACIÓN VIERNES XXIX TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)
ORACIÓN A LAS SANTAS NUNILÓN Y ALODÍA
jueves, 21 de octubre de 2021
SANTAS NUNILÓN Y ALODÍA
Las santas Alodía y Nunilón nacieron en Adahuesca, cerca de Barbastro en la provincia de Huesca, aunque hay otras fuentes que afirman que nacieron en La Rioja o en Andalucía. No eran gemelas como también se ha dicho.
Eran hijas de un noble y rico musulmán y de madre cristiana, en la zona de Huesca bajo dominio del Califato de Córdoba. Según la ley estaban obligadas a profesar la religión paterna, pero su madre las educó desde muy pequeñas en la fe cristiana.
El padre murió siendo ellas muy niñas y su madre se volvió a casar con un fanático musulmán, que desde el principio les prohibió continuar profesando sus creencias. Poco tiempo después falleció su madre, y las dos niñas fueron confiadas a la custodia de su tío, también musulmán, el cual, al descubrir que practicaban la religión cristiana, las denunció a las autoridades con el propósito de apoderarse del patrimonio de las niñas heredado de su padre, además de por la recompensa que entonces se ofrecía a los delatores por temas de fe.
Alodía y Nunilón fueron detenidas y se las encerró en el castillo de la localidad vecina de Alquézar mientras llegaba su juicio. El juez sospechó desde el principio de las intenciones del denunciante y decidió ponerlas en libertad y alejarlas de su tío, poniéndolas bajo la custodia de dos mujeres musulmanas para que intentaran convertirlas al Islam, pero no contento con esta resolución, su tío volvió a interponer otra denuncia, esta vez ante la máxima autoridad judicial de Huesca.
El juez las interrogó con gran dureza y las amenazó con graves consecuencias si no abrazaban inmediatamente la religión musulmana, a lo cual se negaron rotundamente.
Durante cuarenta días intento convencerlas por separado, con promesas, amenazas y con el engaño de que la otra hermana ya había aceptado, pero no dio resultado y ellas se mantuvieron firmes. Visto lo cual dictó sentencia de muerte contra ellas, con arreglo a las leyes vigentes impuestas por Abderraman II, emir del Califato.
Las dos hermanas fueron llevadas a la plaza pública y murieron decapitadas el 22 de octubre del año 851, Alodía con 13 años y Nunilón con 15.
Nunilón fue ejecutada en primer lugar, pero el verdugo falló y la golpeó en la mandíbula, por lo que la cabeza quedo colgando ya sin vida sobre el pecho. Al caer al suelo se le levantó la falda y Alodía corrió hacia el cadáver de su hermana, le bajó la ropa y ella misma, antes de ser decapitada, se ató una cinta al bajo de su vestido y a los tobillos para que no le ocurriese lo mismo.
Los cadáveres fueron abandonados para que fueran devorados por los animales, pero las aves carroñeras y las alimañas no los tocaron.
Llegaron noticias al emir de que los cristianos planeaban apoderarse de los cuerpos para enterrarlos debidamente, por lo que decidieron cambiarlos de lugar. Les ataron los pies con una soga y fueron arrastradas por un asno hasta una colina donde eran expuestos los ajusticiados, y allí debían permanecer hasta que se otorgase el permiso para enterrarlas.
Cuenta la tradición que todas las noches descendía una luz venida de lo alto, por lo que se decidió que los cuerpos fueran arrojados a un pozo y cubiertos con piedras y tierra para borrar todo rastro de las niñas, y allí estuvieron hasta que la reina Oneca Velázquez, esposa del primer rey de Pamplona, admirada por los relatos de la vida y muerte de las dos santas, recuperó los restos para trasladarlos al Monasterio de Salvador de Leyre, en Yesa (Navarra).