¡Oh santo patriarca!, sé su consuelo en aquel lugar de pena y expiación y dígnate aplicarle los piadosos sufragios de los fieles, particularmente los míos. Constitúyete su intercesor para con Jesús y María y rompe con tu poderosa oración sus cadenas, para que pueda abismarse en el seno de Dios y gozar cuanto antes de la felicidad eterna. Amén.
Señor Jesús, Tú que por tu pasión dolorosa redimiste a todas las almas, a aquellas que están en el Purgatorio llévalas al Cielo por intercesión de la Virgen y San José.
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