domingo, 15 de octubre de 2023

MEDITACIÓN DOMINGO XXVIII T. O. A - SANTA TERESA DE JESÚS (P. Damián Ramírez)

¡Buenos días!

Todos somos conscientes de que estamos viviendo días difíciles... Mirando a nuestro mundo, más que de amor y de bodas (como dice el evangelio de hoy), entran ganas de hablar de "llanto y rechinar dientes" ¡Porque el "traje adecuado" no lo llevamos!

Pero "el mirar de Dios es amar", decía san Juan de la Cruz. Y "Vuestra soy / para Vos nací...", decía santa Teresa de Jesús, fiesta de hoy.

Pues... ¡Que respondamos a ese amor! Y, como Teresa, que digamos: "¿Qué mandáis hacer de mí?".

Y de fondo... Ucrania, Gaza e Israel.  Y... con esperanza: el Sínodo.

¡BUEN Y BENDECIDO DOMINGO!




Texto del Evangelio (Mt 22, 1-14): En aquel tiempo, tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas, diciendo: «El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo. Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir. Envió todavía otros siervos, con este encargo: Decid a los invitados: ‘Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda’.

»Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio; y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron. Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.

»Entonces dice a sus siervos: ‘La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos. Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda’. Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales.

»Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda, le dice: ‘Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?’. Él se quedó callado. Entonces el rey dijo a los sirvientes: ‘Atadlo de pies y manos, y echadlo a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes’. Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos».

 





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