Santa María Salomé, elegida del Señor por seguidora de Cristo, dichosa tú que has visto cara a cara al Salvador. Si muchos son los llamados entre los hombres perdidos pocos son los elegidos para ser predestinados. Tú fuiste de los nombrados para tan alto favor. Tú consolaste a la Madre de Jesús crucificado, la Madre del Encarnado Unigénito del Padre. En el instante tremendo, en aquel oscuro día, socorriste a María estando su Hijo muriendo.
Santa María Salomé, intercede ante Él por nosotros pecadores y danos consuelo y favores. Con gran sentimiento, fuiste con María Magdalena a ungir con precioso ungüento el cuerpo divino yerto, los restos del hombre Dios. Dichosos los que en la Tierra besaron a Dios en los pies; tú tuviste esa fortuna, y ahora que estás en el Cielo y que cara a cara lo ves transmítele nuestras penas. Intercede por nosotros para obtener el socorro que nos dé alivio y consuelo y tu divina protección. Concédeme este favor que con gran devoción te entrego confiando que con tu divino poder vas a llevar a Dios hasta haberlo concedido, y yo estaré agradecido por el resto de mis años. Amén.
(Realizar la petición)
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